Queridos Hermanos en la Santísima Cruz
Salvadora de las Penas de Nuestro Señor
Jesucristo, en el arropo Maternal del
manto de Nuestra Madre y Señora de los Dolores, y en el esposal Amor del
Patriarca Bendito San José
Me llena de orgullo y responsabilidad
dirigirme a vosotros por primera vez como Hermano Mayor, de esta nuestra
querida Hermandad.
Primeramente me gustaría hacer una primera
reflexión a los acontecimientos que han precedido a esta elección, y a la vez
agradecer de forma pública la participación y la posterior mayoría absoluta reflejada en el
cabildo de elecciones celebrado el pasado día quince de Septiembre de dos mil doce, festividad de Nuestra Madre de los
Dolores.
Como muchos de vosotros sabréis no era ni por
un asomo, una idea que tenía preconcebida el presentarme como Hermano Mayor,
pero de todos es conocido que llegada la fecha de celebración del cabildo, tras
la solicitud del aplazamiento de la primera convocatoria, y tras la negativa a
nuestro anterior Hermano Mayor de una prorroga que le permitiese encabezar la
lista con un tercer mandato, la cosa estaba bastante complicada.
Tras una llamada telefónica de nuestro
hermano Alberto J. González Carbonell, me insta a que por bien de la Hermandad
acepte encabezar la lista que entre todos los hermanos y tras varias reuniones
a la que muchos de vosotros asististeis, se había logrado confeccionar, mi
primera respuesta no fue afirmativa, pues tenía que discernir muchas ideas, y
pero al cabo de unos días de reflexión y por el bien de nuestra corporación
nazarena, acepté el reto de dirigir los pasos durante los próximos cuatro años de esta nuestra querida Hermandad.
Y como dice el refrán a lo hecho pecho, y desde
ese momento me puse manos a la obra, que no es poca, de intentar darle a la
Hermandad la vida que por muchos motivos, que no creo sea el momento de
enumerar, le ha estado faltando durante algunos años.
Pues con esta idea me dirijo a todos vosotros, y subrayo lo de
todos, pues esa quizás haya sido una de las causas por la que la vida de
Hermandad se ha visto reducida a casi solo la salida procesional.
Me gustaría hacer hincapié en que nuestra
Hermandad es como tal todos los días del año, y que solo se convierte en
Cofradía el Martes Santo, y para ello desde aquí me brindo a todos vosotros
para que las ideas que tengáis me las hagáis llegar, para así conseguir entre
todos que nuestra vida de Hermandad sea justa la que esta necesita.
Quiero desde estas primeras palabas haceros
llegar mi convencimiento y mi ilusión, que es posible, pues en muchos momentos
de nuestra centenaria historia hemos tenido álgidas etapas y otras no tanto,
pero con el apoyo y el trabajo de todos seguro estoy que conseguiremos volver a
vivir una verdadera vida de Hermandad.
Una Hermandad Centenaria como la nuestra se
forja durante su historia con el trabajo
abnegado de muchas personas, algunas mas públicas que otras en su labor diaria,
pero todas importantes para hacer que ahora podamos vivir su ciento trece año
de vida, desde este saludo quisiera hacer público agradecimiento a tantos que con esfuerzo y trabajo han conseguido que
nuestra Hermandad siga viva, y concretamente a los que me precedieron en este
cargo que ahora tengo el honor de ocupar, mis más sinceras gracias por vuestros
años de desvelos y trabajo en pos de
nuestra Hermandad a : Dña. Tránsito viuda de Infante, a Don Ernesto Frigotet Marchena ,a D. Luis Mañasco Lara, a Don José Luis García
Guillermo, a Don Francisco Javier Buxó Sánchez, a Don Alberto José González
Carbonell, sin vuestro esmero y esfuerzo esta corporación no disfrutaría de la
vida que hoy tiene y que si Dios quiere tendrá en un futuro.
Los que me conocéis me habréis oído decir
siempre una frase, no somos los mejores (pues aquí no se trata de hacer un
concurso, todo lo contrario), pero por historia siempre los primeros, con
nuestros defectos y virtudes. Pues ahora comienza una nueva etapa cargada de
ilusiones, con un grupo de gente joven que conforman nuestra Junta de Gobierno,
pero que quiere y debe de contar con el apoyo de los que por experiencia ya
pasaron por esta misma responsabilidad, por ello espero poder contar con el
apoyo y las ganas de trabajar de todos.
Como Hermano Mayor, el primer reto que me he
propuesto es recuperar a tantos hermanos que por una causa u otra se han
alejado de nuestra Hermandad y para ello os brindo mi abrazo de hermano y si
Dios quiere nuestra Casa de Hermandad, que en fechas cercanas tendrá un horario
fijo de apertura donde todos podamos compartir y disfrutar de charlas,
ilusiones, intenciones, comentarios, en definitiva vida de Hermandad.
Quiero también haceros llegar, el esfuerzo y
el celo que pondremos durante este primer año en la formación y profundización
de nuestra Fe cristiana, testigo que recojo de manos de nuestro Director
Espiritual Don Juan Valenzuela García, de nuestro Excelentísimo Señor Obispo
Monseñor Rafael Zornoza,
y de su Santidad el Papa Don Benedicto XVI, catalogando este como el año de la
Fe.
Desde que recibí el apoyo de todos vosotros,
he recibido muchas muestras de felicitación, pero esto no me hace caer en la
arrogancia, sino en todo lo contrario, en la humildad, sabiendo que este cargo
se basa sobre todo en servir, servir a
nuestra Hermandad y serviros a vosotros mis
hermanos.
Estaré
permanentemente en actitud de escucha de todos vuestros anhelos e
ilusiones, para ello tenéis mi teléfono (695 639 330) y mis lugares habituales
de contacto para lo que necesitéis, y en breve en nuestra Casa de Hermandad.
No deseo extenderme en demasía, por lo que
concluyo esta primera misiva, elevando oración a nuestro sagrados Titulares,
para que por su intercesión seamos capaces de empezar caminar, como nuestra
Hermandad merece y como nuestra Santa Madre Iglesia necesita.
Sin más, aprovecho esta primera oportunidad para enviaros un efusivo
fraternal abrazo, en la Cruz Redentora de Nuestro Padre Jesús de las Penas, en
las lágrimas, fuente de Fe de nuestra
Madre María Santísima de los Dolores y
en la santa compaña, de su esposo Bendito Patriarca San José.
Andrés Losada Sempere
Vuestro Hermano Mayor
